lunes, marzo 17

Colombia prohíbe el matrimonio infantil: un paso hacia la protección de niñas y adolescentes

El Congreso de Colombia aprobó este miércoles una ley que prohíbe el matrimonio de menores de edad en todo el territorio nacional. La norma, que busca garantizar los derechos y el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes, será remitida al presidente Gustavo Petro para su sanción final, según informó el Senado en un comunicado oficial. Con esta aprobación, Colombia se suma a los esfuerzos internacionales por erradicar una práctica que afecta la vida y las oportunidades de millones de menores en el mundo.

La nueva legislación establece que en Colombia estarán prohibidos los matrimonios y las uniones en las que al menos uno de los contrayentes sea menor de 18 años. Además, la ley contempla la creación de un programa nacional destinado a apoyar los proyectos de vida de niños, niñas y adolescentes, según detalla un resumen de la propuesta publicado en el portal oficial de la Cámara de Representantes. Este programa buscaría garantizar que los menores tengan acceso a educación, salud y otras oportunidades fundamentales para su desarrollo.

El proyecto de ley, presentado en 2023, fue impulsado por un grupo de legisladores entre los que se encuentran Karen López Salazar, Jennifer Pedraza Sandoval, Alexandra Vásquez Ochoa, John Jairo González Agudelo, María Fernanda Carrascal Rojas y Juan Carlos Vargas Soler. Tras ser aprobado inicialmente en la Cámara de Representantes, el proyecto llegó al Senado, donde este miércoles recibió el respaldo necesario para convertirse en ley. Esta medida marca un importante avance en la protección de los derechos de los menores en Colombia, respondiendo a una problemática que ha sido ampliamente debatida en el país y a nivel global.

El lema de la campaña que promovió la aprobación de esta ley fue “Son niñas, no esposas”, una frase que resume el objetivo principal de la iniciativa: prevenir que niñas sean forzadas a casarse, dejándolas vulnerables a diversas formas de violencia y limitando su acceso a la educación y a un desarrollo pleno. Durante el debate, la senadora Clara López Obregón, miembro de la coalición oficialista Pacto Histórico, destacó el carácter transformador de la medida. “Estamos logrando un avance civilizatorio porque las niñas no son objetos sexuales, son seres humanos en formación, y esta prohibición es un mandato general que busca protegerlas”, afirmó López Obregón, citada en el comunicado del Senado.

Jennifer Pedraza Sandoval, una de las principales autoras del proyecto, también celebró la aprobación de la ley. A través de su cuenta en X (antes Twitter), expresó su satisfacción por este logro, señalando: “#SonNiñasNoEsposas es ahora una realidad que protege el derecho de nuestras niñas a vivir plenamente su infancia”. Su mensaje reflejó el espíritu de la campaña, que busca garantizar que las niñas puedan disfrutar de esta etapa de la vida sin ser forzadas a asumir responsabilidades propias de los adultos.

El matrimonio infantil es una práctica que sigue afectando a millones de menores en todo el mundo, especialmente a niñas, y ha sido señalado como un obstáculo importante para el desarrollo global. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), esta práctica expone a las niñas a riesgos significativos, como la violencia de género, el embarazo temprano y la exclusión educativa y económica. Además, UNICEF advierte que el matrimonio infantil perpetúa ciclos de pobreza y desigualdad, afectando tanto a las niñas como a sus comunidades.

En el ámbito internacional, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es erradicar el matrimonio infantil para el año 2030. Esta meta subraya la importancia de garantizar que todos los menores tengan una infancia protegida y libre de prácticas que limiten su desarrollo. Con la aprobación de esta ley, Colombia avanza en la alineación de sus políticas nacionales con estos objetivos globales, enviando un mensaje claro sobre su compromiso con la protección de los derechos de las niñas y adolescentes.

Aunque esta medida ha sido ampliamente celebrada, también ha generado reflexiones sobre los desafíos que enfrenta su implementación. Para que la prohibición del matrimonio infantil sea efectiva, será necesario abordar las causas estructurales que perpetúan esta práctica, como la pobreza, la falta de acceso a la educación y las normas culturales que normalizan el matrimonio temprano. En este sentido, el programa nacional contemplado en la ley podría desempeñar un papel clave, siempre y cuando reciba los recursos necesarios para su ejecución y alcance a las comunidades más vulnerables del país.

La aprobación de esta ley también refleja un cambio en la percepción social sobre el matrimonio infantil en Colombia. Aunque en el pasado esta práctica era más común, especialmente en regiones rurales y comunidades marginadas, el avance de los derechos de las niñas y adolescentes ha generado un consenso creciente sobre la necesidad de protegerlas de uniones prematuras que pueden afectar su futuro. Esta transformación cultural ha sido impulsada por el trabajo de organizaciones sociales, legisladores comprometidos y campañas de sensibilización que han puesto el tema en el centro del debate público.

De cara al futuro, la implementación de esta ley requerirá un esfuerzo conjunto entre el Gobierno, las instituciones educativas, las organizaciones sociales y las comunidades locales. Será fundamental garantizar que las niñas y sus familias conozcan sus derechos y tengan acceso a recursos que les permitan construir un futuro lleno de oportunidades. Esto incluirá no solo la prohibición del matrimonio infantil, sino también la promoción de políticas integrales que aborden las desigualdades y ofrezcan alternativas concretas para el desarrollo de los menores.

En última instancia, la prohibición del matrimonio infantil en Colombia representa un paso significativo hacia la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Más allá de las cifras y los compromisos legales, esta medida tiene el potencial de transformar vidas, asegurando que las niñas puedan crecer en entornos seguros, recibir una educación de calidad y alcanzar su pleno potencial. Aunque queda mucho por hacer para enfrentar las causas profundas de esta problemática, la aprobación de esta ley envía un mensaje claro: en Colombia, las niñas son niñas, no esposas.

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