
Repetir y repetir Carlos Alcaraz que el estilo es inmutable, innegociable, que se puede ganar el juego o perderlo, pero la esencia no se toca. En cada plan, en cada punto, una máxima: “Yo voy a por ello”. Esto es lo que le mueve y lo que le ha elevado a lo más alto de este tenis, al que parece haber salvado del duelo previsto con las retiradas de Roger Federer, las ausencias de Rafael Nadal y las lesiones emergentes de Novak Djokovic. Alcaraz no lo dejó pasar precisamente por ese estilo único y exclusivo con el que conquistó la plantilla y los títulos que ya acumula en las vitrinas (14, tres Grand Slams).
Se le pregunta al aficionado de Wimbledon qué define a Alcaraz y las respuestas incluyen «la sonrisa», «las dejadas», «la velocidad de derecha», «las locuras». E incluso el actor Steve Carrell cede: «Lo que más me gusta de Alcaraz es que incluso cuando pierde un gran punto, notas que lo disfruta. Parece un niño cuando juega. Puedes sentir esa naturaleza pura de jugar como un niño cuando hace un punto increíble y, gane o pierda, lo disfruta y sonríe. “Parece que lo están pasando bien en todo momento”, dice en un vídeo de la organización del torneo. Incluso sus rivales lo aceptan. lo más importante: «Juega muy bien y es muy agresivo. Es muy divertido para la gente verlo. También es divertido jugar contra él, estoy deseando que llegue el choque», reconoce Tommy Paul, 27 años y 13º del mundo, su rival hoy en cuartos de final (sobre las 15.30 horas, Movistar+).
Prueba de que Alcaraz es un grupo de genios que se desarrollan y mejoran con el tiempo, a veces incluso en el propio juego, y que tienen mucho que ver con esa máxima del “ve a por ello”. Existe este directorio de puntos de servicio que ha desplegado estos días en Wimbledon. Y esto mientras corría de un lado a otro de la pista, deslizándose también, para acabar levantando el brazo y celebrando un punto que todos consideraban imposible menos él. “Eso es lo que me dice mi equipo y me repito. Sea agresivo, hágalo. Si el otro se encuentra en situación de ataque no le queda más remedio que defender, pero si se presenta la oportunidad en el primer movimiento o en el segundo, tengo que ir a por ella. Muchas veces sale bien, otras no, pero las sensaciones en ambos casos son positivas”, resume.