
«No salía de noche a cazar, no era un depredador. Según me dijeron, incluso cuando repetía las instrucciones, pude tener más oportunidades, incluso conocí a nuevas chicas. Quizás estaba borracho y no pasó nada. No sé qué causó que esta clave saltara. Me conocí un poco mejor a través de psicólogos, pero si una persona te dice que tienes cáncer y otra una enfermedad renal, terminas un poco confundido. Me han etiquetado como psicópata, pero hice pruebas y todo y no me dijeron que lo era. Ya me había acostumbrado a decir que necesito reconocer mi problema para superar el hecho de que soy un psicópata, y luego me dicen que no lo soy. Cuando hay algo sobre mí en la televisión, lo apago porque me enfermo».
Joaquín Ferrándiz pasó 12 años encerrado en prisiones de máxima seguridad, como Herrera de la Mancha, donde se encuentran los peores asesinos y violadores. Aunque era un preso modelo, todos sabían que él era el asesino de cinco mujeres. Aún así, no tuvo problemas con otros reclusos ni con los funcionarios.