lunes, mayo 20

Nadal baja el telón en Madrid

 

Rafael Nadal cierra el telón en Madrid. No esperes más y anuncia la última función por menos. Todavía no lo digerí personalmente, pero, pasada la media noche, los baleares añoran Madrid, y jugar en España, después de una vida plena compartiendo triunfos como si fueran uno más en casa.

Excepto Milagros, estos ya están acostumbrados al balear, el de Manacor jugó su último partido en la Caja Mágica, un último regalo al amigo español que es pura anécdota que fue una derrota contra Jiri Lehecka, imposible desvelar todo lo que ha pasado aquí. : 59 victorias, cinco títulos (2005, superando dos sets ante Ivan Ljubicic; 2010, ante Roger Federer; 2013, ante Stan Wawrinka; 2014, ante Kei Nishikori, y 2017, ante Dominic Thiem), tres finales. Y todo esto no me interesa por números y sólo reconozco los libros personales de cada uno.

«Eso no, eso fue una broma, que el año que viene otra vez, hombre», soñé después de languidecer dos horas más de placer, de valor, de banana shot, de dar esperanza de otra noche mágica, de todo lo que es Nadal. en una pista, que no es sólo tenis. Vuelve a casa, grabaron sus títulos, desplegados en ventanales gigantes, con la emoción del tenista, de su madre y de su madre, entre lágrimas, con un vídeo de todos los momentos que dejó aquí, en estos iguales, para siempre.

«Mirando las imágenes, algunas parecen venir de otra vida. Hemos vivido mucho. Sólo puedo agradecer a quienes me han ayudado en el camino. No ha ocurrido hoy, pero aquí en Madrid seguro que será la última. Para mí ha recibido un regalo durante estos 21 años que es más importante que haber ganado unos cuantos Grand Slams. Las emociones que siento por este tema, por tocar ante el público español, siempre quedarán dentro de mí”, completó el discurso.

En la despedida, todos los fuegos apuntan al, cerrada la noche y el techo, porque en esta última vez en Madrid, Nadal confesó que la sensación de ese Manolo Santana la había encantado al corresponder los aplausos y el calor del público. La alegría se mezcla con la incertidumbre de cómo será el tenis en España después de hoy, cuando las imágenes de Nadal en Madrid se guardan en busca de YouTube y desaparecen del cuerpo y esa sensación que se repite dentro de la plantilla de qué persona maravillosa lo inventará. De Manacor siempre esperará en la retina, para decidir que si ha presenciado en vivo una lección de historia del tenis.

Es Lehecka, un jugador con habilidad, muy buen repaso, muy buen plan, alternativas con la bolsa, que además puede recorrer 233 kilómetros por hora, y que empuja al club balear hacia adelante, pero no contra Nadal, que nunca lo ha hecho y no lo tendrá ahora, con todo lo que pesa su leyenda en todos los rivales. Al contrario, machaca con el revés cruzado, con el que registra que Lehecka desaparece de la pista un poquito y otro poquito y otro poquito, para dejar el camino libre al otro lado. O saca a brillar el trasero, este trasero, el trasero siempre.

La velocidad del pelo es muy alta desde el principio, una paliza para ambos porque la velocidad del pelo es la misma que la fuerza. No hay duda de que el Balear ha acudido a ti para jugar en este turno, porque será muy complicado que te pierdas el partido del Real Madrid, aunque sea en las salas de los estadios colindantes a la pista. Tengo casi 38 años y mi cuerpo necesita más tiempo. Pero el reactivo lleno de energía, activado en todos los frentes, rápido para atender los abusos del checo, incluso cuando estaba sometido a la roja, se desbordó por cualquier lado.

Paga por un momento la velocidad del checo y tienes sensación de euforia cuando Nadal anota la primera bola de break, con 4-3. Lo diluye Lehecka, pero es un primer aviso de la amenaza que ya supone el balear, dudoso en su vinculación con la Caja Mágica, convincente en su exterior ante Blanch, convencido en su choque ante De Miñaur, resistente ante Pedro Cachín y desumbrante ante Lehecka en un primer set de total entrega.

Nadal entra en acción al anotar una ventaja de 40-0 para ponerse a dos puntos del resto del set, con 5-4; Pervive Lehecka, que es quien pone mayor marcha en el siguiente turno y, evadiendo todo lo que le detiene a su alrededor, provoca tres errores en el balear que son tres balones del set. La Caja Mágica está desierta brindando un apoyo moral a las Illes Balears, pero el checo no es Blanch, ni De Miñaur, ni Cachín y no atiende a un eco ensordecedor contra él.

Aquí van puntos consecutivos para completar el set y empezar a abrir el corazón de la afición. Vale la pena decir adiós, aunque encierre un resquicio para la esperanza. Porque nadie quiere discutir la cuestión de cómo será el tenis sin Nadal. Porque el tenis nacional llegó antes que él, claro, y seguirá después. Pero será otro tenis. Y las sensaciones de verlo nunca permanecerán tan vivas; es como la repetición de un gol, como la fotocopia de una foto. Es todo igual, pero diferente.

Sí, como este Nadal aparece en el segundo set a través del ritmo del vestido. Lo mismo pero diferente. El que se levantó al principio se ha transformado en gladiador, acompañado de la banda sonora de la película de Ridley Scott, y ahora va un poco más lento, un poco menos Nadal. El puñetazo a ciegas, su alma, tiene varias «jugadas» suyas, y pretende apuntalar la fila con este «sí si puede» en el que se albergan todas las esperanzas de vivir otro día mágico en el palco que siempre ilumina Nadal. aparece. Hay dos ‘banana shots’ de esos que sólo uno puede hacer, pero aunque se cometan errores y Lehecka no cede.

Deja Nadal en pie de imprenta, los «banana shot», en no ceder cuando el reloj da las doce. La Caja Mágica se niega a dejarlo ir. El hisopo estuvo tranquilo, pero el checo no se dejó amedrentar y sí, fue el último partido de Nadal en la Caja Mágica. El último plano de todo lo que hay, de todo lo que es, de todo lo que ha caído en los entusiastas, de todo lo que siempre sobrevivirá dentro de cada uno. Si a pesar de Madrid el tenista, pero no la leyenda. No volverá a suceder.

«He tenido una semana positiva, muy especial, y he tenido la oportunidad de volver a jugar en esta pista que tanto me ha dado a nivel emocional», confesó a sus pies el jugador balear, todo madrileño . Todo el tenis a sus pies. “No conduciré si lo tengo todo”, recuerda. Sumó seis partidos en dos semanas, a lo largo de 18 meses en lesiones y cirugías blancas y medianas. Baja el telón en Madrid, pero cómo no creer en todo lo que puedes conseguir. Es Nadal.

Como homenaje, quedan grabados sus títulos: 2005, 2010, 2013, 2014 y 2017, dispersos en lonas gigantes, con la emoción del tenista, de su madre y de su madre, entre lágrimas, con un vídeo de todos los momentos que abandonó aquí, en estos muros, para siempre.

«Eso fue broma, que el año que vino otra vez»

«Eso fue una broma, que el año que viene vuelve, hombre -bromeó al coger el micrófono-. Viendo las imágenes algunas parecen de otra vida. Hemos vivido mucho. Sólo puedo agradecer a quienes me han ayudado en el camino. No ha ocurrido hoy, pero aquí en Madrid seguro que habría sido el último.

Para mí ha recibido un regalo durante estos 21 años que es más importante que haber ganado unos cuantos Grand Slams. Las emociones que siento por este tema, por tocar frente al público español, siempre estarán dentro de mí. Puedo seguir haciendo lo que era un hobby de mi trabajo y hacerlo de forma relajada. Me siento súper afortunada en la vida por lo que vivo vívidamente, no puedo pedir nada más.

Espero que sea un ejemplo positivo para las nuevas generaciones, que es lo más importante. Los momentos deportivos son apasionantes, y espero que por ello haya generado esta emoción en todos vosotros. Lo único que puedo decir es gracias. Fue un día difícil cuando me incorporé, creo que la vida y mi cuerpo me recibieron enviándome señales del tiempo. Pudo hacerlo en una pista, que para mí era un sueño y en una de las pistas que más me emocionó. Muchas gracias por todo y siempre.»

«Me gustaría agradecer a Ion Tiriac, Feliciano López y a la Comunidad de Madrid que hicieron posible este torneo. No quiero valorar a la familia y al equipo porque tendré el día de retirarme», concluyó.

Deja una respuesta